Frank Rijkaard es el primero al que le han enseñado la puerta de salida, pero no será ni mucho menos el último. Con él se marcharán, por ejemplo, sus dos principales colaboradores, Eusebio Sacristán y Johan Neeskens, amén de un rosario de jugadores que bien acaban contrato bien tienen colgado el cartel de transferibles. El primer caso es el de Edmílson, Ezquerro y Thuram, que no verán alargado su compromiso con el club. Tampoco se quedará en principio José Manuel Pinto, que volverá al Celta, mientras que Sylvinho está pendiente de formalizar la oferta que le hizo el club para renovar por un año su contrato, que expira el 30 de junio.

En el capítulo de posibles ventas son muchos los futbolistas a los que el club daría salida en caso de tener propuestas interesantes por ellos. Ronaldinho es el gran emblema de ese cambio de ciclo que arrastrará consigo a las grandes estrellas. El brasileño es uno de los grandes activos del Barça a la hora de pensar en llenar sus arcas para poder afrontar después la renovación de la plantilla. Otro es Samuel Eto'o, del que el club también se deshará si satisface el interés que pueda llegar. Thierry Henry, otro de los llamados fantásticos, tiene casi todos los números de continuar, pero si hubiera algo el club ni se lo pensaría a la hora de traspasarlo. El último que podría marcharse con la vitola de crack es Deco. Ya en un segundo escalón se sitúan jugadores como Márquez, al que la lesión de Milito podría hacer continuar, Gudjohnsen o Zambrotta. Por su parte, también se estudiaría una cesión de Giovani. Continúan seguro, de no ser que hubiera algún imprevisto, Valdés, Milito, Puyol, Xavi, Iniesta, Messi, Abidal, Oleguer, Touré, Bojan y Jorquera. En torno a ellos se estructurará un equipo que necesitará fichajes de garantías para obtener resultados inmediatos